En los últimos años la palabra breathwork se ha vuelto omnipresente. Aparece en programas de bienestar, en rutinas de recuperación e incluso en entrenamientos de alto rendimiento. Pero ¿qué significa realmente? ¿Es solo una moda o estamos ante una herramienta con fundamentos fisiológicos sólidos?
La respuesta está en cómo entendemos la respiración. Respirar es mucho más que un acto automático. Es una función que conecta el cuerpo con el sistema nervioso, la oxigenación de los tejidos y el rendimiento. Por eso, el breathwork, literalmente “trabajo respiratorio”, abarca todas las prácticas que buscan mejorar la forma en que respiramos: desde técnicas de relajación hasta entrenamiento específico de los músculos respiratorios.
En términos fisiológicos, el control respiratorio influye en tres grandes sistemas: el ventilatorio, el cardiovascular y el nervioso autónomo. Cambiar el ritmo o la profundidad de la respiración modifica la concentración de dióxido de carbono, el pH sanguíneo y la frecuencia cardiaca [1,2]. Esto significa que, al respirar de manera consciente, podemos intervenir de forma directa en variables que tradicionalmente consideramos automáticas. Esa es la base científica detrás del breathwork [3].
Para un atleta o un entrenador, entender esto abre una nueva dimensión de entrenamiento. No se trata solo de cuántos watts se pueden sostener o qué tan alto es el VO₂max, sino también de cómo se regula el cuerpo para mantener la eficiencia bajo esfuerzo. Una respiración descoordinada o demasiado rápida puede elevar la fatiga, alterar la ventilación alveolar y comprometer la economía energética. En cambio, un patrón respiratorio estable y eficiente mejora la oxigenación, retrasa la acumulación de lactato y facilita el control del esfuerzo [4,5].
Hasta hace poco, la respiración era un territorio casi invisible. Se hablaba de sensaciones, pero no se podía medir con precisión. Hoy la tecnología está cambiando eso. Herramientas como CHASKi permiten observar en tiempo real la frecuencia respiratoria, la sincronía con la frecuencia cardiaca y la respuesta del cuerpo a diferentes estímulos. Lo que antes era un ejercicio de conciencia subjetiva, ahora puede cuantificarse con datos objetivos [6].
Esta transición, del mindfulness a la cuantificación, marca el futuro del entrenamiento respiratorio. Significa pasar de practicar la respiración como un arte, a entrenarla como una habilidad fisiológica. No se trata de reemplazar la percepción interna, sino de complementarla con información precisa. Así, tanto entrenadores como profesionales de la salud pueden diseñar intervenciones más efectivas y adaptadas a cada persona [7].
En CHASKi creemos que la respiración es el puente entre la ciencia y la experiencia corporal. Medirla no le quita profundidad, sino que le da contexto. Entender cómo respiramos nos permite recuperar control sobre algo tan básico como potente.
Porque entrenar la respiración no es solo respirar mejor. Es aprender a regular el cuerpo, a mejorar el rendimiento y a cuidar la salud con una herramienta que siempre estuvo ahí, esperando ser entendida con la misma precisión con que medimos el resto del entrenamiento.
Fuentes
[1] Russo, M. A., Santarelli, D. M., & O’Rourke, D. (2017). The physiological effects of slow breathing in the healthy human. Breathe, 13(4), 298–309. https://doi.org/10.1183/20734735.009817
[2] Yasuma, F., & Hayano, J. (2004). Respiratory sinus arrhythmia: Why does the heartbeat synchronize with respiratory rhythm? Chest, 125(2), 683–690. https://doi.org/10.1378/chest.125.2.683
[3] Noble, D. J., & Hochman, S. (2019). Hypothesis: Pulmonary afferent activity patterns during slow, deep breathing contribute to the neural induction of physiological relaxation. Frontiers in Physiology, 10, 1176. https://doi.org/10.3389/fphys.2019.01176
[4] Verges, S., Boutellier, U., & Spengler, C. M. (2008). Effect of respiratory muscle training on endurance performance. Sports Medicine, 38(9), 647–666. https://doi.org/10.2165/00007256-200838090-00002
[5] Tong, T. K., Fu, F. H., & Chung, P. K. (2008). The effect of inspiratory muscle training on performance in competitive swimmers. Journal of Sports Science and Medicine, 7(1), 79–85.
[6] Takarada, Y., & Nozawa, K. (2022). Effects of slow breathing on heart rate variability and stress responses: A review of physiological mechanisms. Respiratory Physiology & Neurobiology, 304, 103907. https://doi.org/10.1016/j.resp.2022.103907
[7] Courtney, R. (2021). Breathing retraining in sleep-disordered breathing and hyperventilation-related conditions—A review of the evidence base. Journal of Bodywork and Movement Therapies, 25, 104–113. https://doi.org/10.1016/j.jbmt.2020.09.006
